Nita nació en Málaga en 1908, en el barrio de Capuchinos,
menor de cuatro hermanos e hija de un estibador y una ama de casa. Se crío
viendo como los marinos ingleses jugaban a un deporte que llamaban “football”
en las explanadas de puerto malagueño. En estas explanadas fue donde esta joven
jugaba los partidos y que más tarde se convertirían en el campo de las Escuelas
Salesianas. Gracias al párroco Francisco Míguez Fernández que abanderaba el
lema de que “el deporte fortalecía el cuerpo y que el espíritu se entrenaba en
el estadio de la Santa Misión”, consiguió infiltrarse en el Sporting de Málaga,
su club. Nita comenzó a trabajar como ayudante de masajista y se encargaba de
lavar las equipaciones de los jugadores. Una vez dentro se las ingeniaba para
hacerse pasar por uno de ellos, se vendaba los pechos, se ponía un gorro de
lana y se vestía con ropa que su abuela le ayudaba a ajustar para pasar
desapercibida. Así la primera mujer futbolista, vestida como un hombre, lograba
jugar partidos con el equipo.
Tras ser denunciada por alteración del orden público le
raparon el pelo y fue encarcelada. Esto era una acción bastante recurrente
contra las mujeres que en aquella época llevaban acciones que no gustaban
demasiado. Por eso su familia decidió alejarla y mandarla a Vélez con otros
familiares. Allí fue mejor recibida por el equipo de fútbol aunque tenía que
seguir escondiéndose bajo la apariencia de hombre para poder jugar.
El periodista Jesús Hurtado, rescató la figura de esta mujer cuando realizaba una investigación sobre la historia de otro equipo, el Vélez, allá por el año 1998. Había rastreado a todos los jugadores de los años 20 y 30 pero había uno del que no había información, del que nadie quería hablar, “Veleta”. Llegó a pensar que el silencio podía deberse a que aquel jugador fuera homosexual o un refugiado de guerra. Entonces le confesaron que habían hecho un pacto de caballeros: “No, Veleta era una mujer, pero como jugaba mejor que nosotros la protegíamos” y hasta reconocieron que habían aprendido de ella y que tenía más técnica, ya que desde pequeña le había dado mucho al balón.
La futbolista Ana Carmona “Veleta” posa con el Vélez C.F. (Archivo: Jesús Hurtado)
En el Vélez nadie la delató pero cuando se creó la
Federación Sur y la Junta local de árbitros el cercó se estrechó y los guardias
vigilaban que no saltara al terreno de juego. Ya era demasiado conocida.
En 1940, con solo 32 años, murió de tifus exantemático
epidémico, una fiebre conocida como “piojo verde” y fue enterrada con la
camiseta de su amado Sporting de Málaga, como ella quiso.
Nita no fue la primera mujer futbolista española, ya que
también a la coruñesa Irene González se la conoce por ello y por
fundar su propio club de fútbol. Nita fue una pionera que decidió
infiltrarse, vestirse de hombre y dejar claro que el deporte no era una
cuestión de sexo. Fue una transgresora de su tiempo arriesgándose a ser
estigmatizada por una sociedad arcaica que tenía asignados unos roles
determinados a mujeres y a hombres.
Durante la época que le tocó vivir a esta gran mujer estaba
mal visto la práctica de deporte por mujeres. Sólo en las altas esferas,
algunas afortunadas, podían practicar hípica o vela. El “football” o balompié
era inapropiado y perjudicial para el cuerpo de la mujer. Se consideraba bruto
y solo los hombres podían jugarlo.
El Spanish Girl´s Club fue el primer equipo femenino de la
historia del fútbol español. Quiero hacer referencia a este hecho histórico de
los años 20 ya que las integrantes tuvieron que aguantar todo tipo de lindezas
en las crónicas de la época:
- “Jugose el primer partido entre representantes del sexo
débil”
- “Esta primera actuación de la mujer en el viril fútbol, [… ]
les obliga a adoptar tan poco adecuadas como inestéticas posiciones, que
eliminan la gracia feminil”
- “Hemos de confesar que el fútbol no se ha hecho para la
mujer y que la mujer no se ha hecho para el fútbol. […] Nosotros le tenemos
horror al marimacho. Y es indudable que el fútbol femenino tiende a la
formación del más completo, perfecto, acabado y espeluznante tipo de marimacho”
- “El fútbol es un deporte al que sin exagerar podríamos
calificar de antifemenino”
Os dejo el enlace de un artículo muy interesante de Miguel
Ángel Ortiz en la página de Panenka sobre este hecho, para que saquéis vuestras
propias conclusiones y de donde se sacan estos pequeños extractos.
Os dejo también unas imágenes que cuentan la breve historia
de esta gran mujer y de su descubridor Jesús Hurtado, poniéndonos en un
contexto más actual, por si os apetece. Aunque el lenguaje utilizado no sea del
todo inclusivo. El día después: Veleta, la futbolista infiltrada
Gracias a Nita y a muchas otras olvidadas como ella, se han
ido rompiendo barreras en el deporte femenino. Muchas mujeres que
decidieron hacer lo que les gustaba y no lo que estaba estipulado para ellas,
marcado por una sociedad patriarcal.
Gracias a todas y a todos los que han hecho posible una
evolución hacia la igualdad no solo en el deporte si no en todos los ámbitos de
la vida.
Podéis consultar más información en las fuentes:
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